martes, 22 de septiembre de 2009

¡Desde el Nevado Cayambe, con la fuerza del viento!

Escuchábamos ayer por la tarde la radio y el slogan de la radio difusora decía “Desde el Nevado Cayambe, con la fuerza del viento” y es así como ha de comenzar la retrospectiva del ascenso al volcán:

18 de septiembre

A las 6 am el grueso de la expedición estaba listo para emprender el camino al volcán.
A la Hacienda de Guachalá llegaron tres camionetas 4x4 que nos llevarían con todo el quipo técnico de montaña y científico hacia “La dormida”, paraje desde donde comienza la caminata. La expedición contó con el apoyo de dos guías locales: Marcelo Carrillo miembro del Club de Andinismo Cayambe y Luis Lucero del Corporativo Indígena Campesino de la Comunidad el Hato, del mismo corporativos nos acompañaron arrieros quienes portearon a caballo gran parte del equipo y comida que se requería para la estancia de la expedición en el volcán. Entre los amigos ecuatorianos que se sumaron al grupo de montaña se encontraba Pablo Boada, Álvaro Tapia, Julián y un amigo de la Hacienda Guachalá.

Por su parte, los chicos de la Universidad Iberoamericana, quienes nos ayudaron con la calibración y preparación del equipo científico, marcharon a Pambamarca para ahí realizar observaciones astronómicas, ya que este punto prehispánico, es un excelente observatorio estelar.

Después de pedir permiso simbólica y respetuosamente al volcán, comenzamos la caminata por las laderas del Cayambe a las 9 am aproximadamente. La orografía del lugar es impresionante. El ascenso fue complicado pues la humedad en el ambiente era intensa, tuvimos que cruzar una parte de paramo donde la tierra era blanda y había encharcamientos que ocasionaban caminos lodosos, hubo precipitaciones gran parte del tiempo con fuertes vientos, sin embargo, el camino fue hermoso, los paisajes que nos regalo el volcán, a pesar de la neblina, es indescriptible. Pudimos percatarnos de la gran biodiversidad que existe en la zona, incluso vimos volar sobre nuestras cabezas un cóndor juvenil, según refirió Pablo.

Llegamos al “campamento base” alrededor de las dos de la tarde. Montamos las tiendas de acampar y la carpa comunitaria. Instalamos la estación climática, nuestra navegante con la colaboración de los guías, tanto ecuatorianos como mexicanos, comenzaron a planear la ruta para el ascenso al punto cero-cero. Los armadores checaron, una vez mas, el equipo que se requería para la caminata, es decir, todos estábamos listos.


19 de septiembre

A las ocho de la mañana la expedición partió del “campamento base” a buscar el lugar por donde cruza la línea ecuatorial. Caminamos aproximadamente cuatro horas en terreno rocoso y nevado, restos de lo que en algún tiempo fue un enorme glaciar. Al tener el volcán estos glaciares y nieves eternas, es un importante reservorio de agua, por lo que cuenta con alrededor de 17 lagunas, según información de Marcelo Carrillo. Al comenzar el ascenso esa mañana, encontramos una laguna ubicada alrededor de los 4300m/nm en la que además, sobre volaba una gaviota andina quien nos dio la bienvenida en tan hermoso paisaje.

El tiempo fue poco propicio, debido a una masa de aire húmedo proveniente de la amazonia, que como ya nos los pronosticaban los ingenieros del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología ocasionaría nublados y lluvias, por lo que resultó imposible la utilización del teodolito, sin embargo, con la ayuda de otros instrumentos como GPS y brújula geográfica, localizamos el lugar por donde cruza el ecuador. La estación climática portátil que nos fue proporcionada por Deep Sky registró 100% de humedad en el ambiente y ráfagas de viento de hasta 50 km a las 10:06 de la mañana, cuando nos encontrábamos justo en la latitud cero y a cero grados centígrados.

Sobra decir que el momento fue muy emotivo.



Un grupo de montañistas ascendieron un poco más sobre la línea ecuatorial, pero por las condiciones del tiempo no se pudo avanzar mucho. Ya estábamos en la latitud cero, ahora sólo faltaba llegar al punto mas alto y ese sería el objetivo del día siguiente.

Regresamos al “campamento base” cuando ya estaba cayendo una ligera nevada, cruzamos de nuevo por las orillas de la laguna y la gaviota que nos dio la bienvenida continuaba, ahí, pendiente de nuestros pasos.

Al llegar al “campamento base” se realizo una reunión en la que analizamos los sucesos y datos del día. Existían aún algunos pendientes, teníamos localizado ya el punto mas alto, pero no se podía acceder a él por las condiciones climáticas, teníamos ya ubicado el glaciar por donde cruza el ecuador pero no teníamos el punto de fusión ni teníamos una vista del lado oeste del volcán, donde suponemos existe otro gran glaciar. La orden para el día siguiente era que un par de grupos pequeños de montañistas, si las condiciones meteorológicas lo permitían, alcanzaran el punto más alto y localizarán el punto de fusión del glaciar por donde cruza el ecuador terrestre.

Esa noche llegaron al “campamento base” tres de nuestros anfitriones quiteños de Nuevos Horizontes: Don Alfredo, Julio y Rómulo quienes participaron de la expedición y se sumaron a las labores programadas del grupo.


20 de septiembre

Para lograr los objetivos del día salió a las seis de la mañana un grupo de avanzada hacia la “zona cero”, es decir, a donde se ubico la línea del ecuador terrestre y desde donde tratarían de alcanzar el punto más alto por donde cruza el mismo. Mas tarde, a las seis treinta partieron otros dos grupos que buscarían ese mismo punto y cruzarían por el glaciar para tratar de identificar el punto de fusión.
Mientras tanto en el “campamento base” se realizaron mediciones atmosféricas y observación, se levantaron imágenes y nuestro fotógrafo pudo hacer tomas bellísimas del Nevado Cayambe, así mismo, Jorge Obregón, pintor de la expedición, realizo en campo, unos cuadros del volcán igualmente hermosos.

Los grupos de montañistas que salieron por la mañana del campamento volvieron sin contratiempos del que habíamos identificado como el “lugar mas alto por donde cruza el ecuador”, obviamente se enfrentaron a las complicaciones que implica la alta montaña, además de enfrentarse a los fuertes vientos que llegan al Cayambe provenientes principalmente del sur y de la amazonia y que traen consigo humedad, lluvia y nevadas, volviendo a registrar 100% de humedad en el ambiente y ráfagas de aire calculadas en mas de 100 km/h.

Desafortunadamente no logramos sortear con tanto éxito el problema del reabastecimiento de energía, por lo que nos fue imposible ingresar a la computadora los datos nuevos que los montañistas habían tomado con GPS en el recorrido al punto más alto y por tanto también fue imposible calcular con la precisión que la tecnología nos brinda los datos obtenidos en campo. Lo que resulto mas complicado aun fue que una noche antes ya nos habíamos percatado que las cartas cartográficas no contaban con la precisión necesaria para nuestros objetivos, por lo que tampoco nos podíamos confiar plenamente en ellas. Estábamos, por decirlo de alguna manera, a ciegas, obviamente contábamos con la documentación y estudios que se realizaron antes del ascenso e incluso los de las aproximaciones previas a este día, lo cual nos servía de guía para calcular cual era, ya sobre el terreno, el punto mas alto en el mundo por donde cruza la línea del ecuador.

Desmontamos el “campamento base” y descendimos del Nevado Cayambe a las once de la mañana aproximadamente. En el descenso se fueron tomando muestras de suelo, con la autorización del Ministerio del Ambiente, que servirán para estudios que se realizan el la Universidad Nacional Autónoma de México relacionados con la presencia de vida en ambientes extremófilos.

La expedición fue todo un éxito.

Volvimos cansados pero contentos a la Hacienda de Guachalá. Llegamos al centro de operaciones que tenemos instalado en la misma hacienda, casi inmediatamente el Dr. Arturo Montero comenzó a ingresar y analizar los datos obtenidos en montaña. El Dr. Montero ya tenía la sospecha de no haber alcanzado el punto más alto. Con la ayuda de fotografías y datos que podían ser interpretados mas claramente en la computadora nos dimos cuenta de no, no habíamos llegado. Es decir, se alcanzo y localizo el lugar por donde cruza la línea ecuatorial, se siguió esta misma línea y se llego al glaciar donde ubicamos el punto mas alto, sin contar que husmeando en el horizonte se encontraba un risco de tan sólo 40 o 50 metros de desnivel, y al que toca la línea ecuatorial.

Sin pensarlo dos veces y con el profesionalismo requerido, la expedición 0/0 decidió volver al volcán Cayambe a la brevedad posible para alcanzar el punto mas alto, aquel risco que nos traiciono un poco y que se levanta orgulloso justo por donde cruza la línea ecuatorial.


21 de septiembre


El Dr. Arturo Montero viajó a Quito para presentar su ponencia en el Congreso Internacional de Arqueoastronomía. El resto del equipo se tomo del día de descanso y haciendo preparativos para que el 22 de septiembre se realice el segundo ascenso al Cayambe.

El ascenso ocurrirá por dos flancos: un grupo, de cuatro personas, partirá a localizar el lugar mas alto por donde cruza la línea ecuatorial y otro grupo, igualmente de 4 personas, marchará a la cumbre del volcán Cayambe.
Confiamos en que las condiciones climáticas y la montaña nos permitan lograr el objetivo.


22 de septiembre

De vuelta al Cayambe.

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